No sé si soy una persona triste con vocación de alegre, o viceversa, o al revés. Lo que sí sé es que siempre hay algo de tristeza en mis momentos más felices, al igual que siempre hay un poco de alegría en mis peores días. -Mario Benedetti Repetiría los mismos errores, pasaría de nuevo por las mismas largas noches de bajón absoluto, por las decepciones y los nudos en la garganta para llegar de nuevo donde he llegado. Afortunadamente ya no hace falta. ya lo pasé. Mereció la pena.
Yo no nací para muleta , para paño de lágrimas o para almohada de la conciencia, hay quien si se regocija de saber que ayudó a alguien a sanar, son felices reconstruyendo heridas, sanando corazones, resolviendo vidas. Yo no. No te confundas ni me juzgues , no voy caminando en la vida con mi bandera de egoísta sin importarme el resto del mundo más que yo, mucho menos es así si hablamos en el plano amoroso, claro que me preocupa la vida de mi pareja, incluyendo su pasado, pero no necesito que lo traiga arrastrando, miro escucho opino si se me pide, ayudo pero siempre y cuando quiera superar, y no arrastrar por toda la posteridad, no soy lancha salvavidas, no soy ese clavo que sacará al otro. Cuando me enamoro lo hago hasta los huesos, suelo ser ese viento que entra en el cuerpo se regocija en el interior, cubre tapa el dolor y reconstruye el alma , pero sin llenar hoyos, sin tapar ausencias ni ocupando viejos espacios. ...